La coagulación normal de la sangre se produce a través de una reacción en cascada en la que intervienen 12 factores de la sangre (que se suelen denominar como Factor VII, Factor V, Factor II, Factor XII, etc.). Esta reacción se activa cuando existe una lesión de un vaso sanguíneo o del tejido con la formación final de un coágulo que tapona la lesión y evita la hemorragia.
Las pruebas de coagulación sanguínea se solicitan ante la existencia de enfermedades de la coagulación de la sangre y también como parte de las exploraciones preoperatorias antes de una intervención quirúrgica, para descartar la presencia de una enfermedad que podría producir complicaciones graves durante la cirugía.
Las pruebas de coagulación son muy importantes en el seguimiento y control de los pacientes en tratamiento con anticoagulante.
